jueves, 4 de febrero de 2010

UNA PANDERETA SUENA Y NO ES NAVIDAD



Fiesta de las Candelas

con su procesión, sus velas

guapas chicas ataviadas

de gran elegancia heredada

con sus pañuelos bordados

de indiscutible belleza,

encima de sus espaldas

y sobre sus lindas cabezas

Serena emoción, sublime canto,

sencillos, mágicos momentos,

de puro canto sin instrumentos

y sentimientos de puro encanto.

Estuve dudando de si iba o no a las Candelas, pero el lunes, día 1, nada más salir de trabajar me animé al ver que las previsiones meteorológicas auguraban buen tiempo. ¡Y vaya si mereció la pena acercarse a Monroy! Nada más llegar el rosal que hay en el alcorque de la fachada de mi casa me recibió con una olorosa rosa y un precioso y reventón capullo. Dicen que Dios nos dio la memoria para poder tener rosas en invierno, pero, éstas no eran un recuerdo sobrevenido, eran rosas verdaderas que han florecido en el invierno monroyego y que olían como las rosas del mes de mayo las de "con flores a María".

Aunque, a éstas inesperadas rosas yo las llamaría con flores a Victoria (q.e.p.d.), prima de mi madre y nuestra vecina de enfrente, como recuerdo de gratitud te las ofrezco a ti Victoria, pues fuiste tú quien plantó el rosal, y además, a la virgen ya se las ofrecen muchas veces, en muchos lugares y en todo los tiempos, incluso en invierno.

Antes de que cerraran me acerqué al comercio de los Hermanos Benito Gómez e hice provisión de magdalenas, patatas fritas El Gallo y un magnífico cabrito lechal de unos cinco kilos envasado al vacío, del que daremos buena cuenta asado al horno, sólo por el cabrito ya hubiera merecido la pena ir a Monroy.

Aproveché también para recoger mi cosecha anual de naranjas, bueno, sólo tengo un naranjo, pero da unas naranjas tan excepcionales y ricas como no hay otras, recogí sesenta naranjas a cual mas gorda, auténticas naranjas ecológicas Washington Navel (naranjas guachi decíamos de pequeño) con un sabor inmejorable y gran cantidad de zumo.

Después de la recolección fui al museo de iconos de mi hermana, que hace también las veces de casa de invierno, a dejarle a mi cuñado Gerva la excepcional novela de Felipe Trigo Jarrapellejos, libro que explica muy bien lo dura e injusta que fue la vida en Extremadura a principios de siglo XX. Sería interesante tratarlo en algún libro-forum. Mi hermana me invitó a cenar unas excelentes sopas de ajo.

Después de la agradable cena en casa de mi hermana, estuve en el Bar de los apartamentos Cristina, departiendo con Ricardo en animada charla hablando entre otras cosas, de su Atlético, de mi Madrid y de nuestro Liverpool y de la canción que tanto nos gusta a los dos: Los macarras de la moral, de nuestro cantante favorito Joan Manuel Serrat.

El día de las Candelas a las diez de la mañana me llamó Maribel desde Madrid para despertarme, abrí el balcón, como hago siempre cuando me levanto en Monroy, salí a la terraza y pude contemplar la privilegiada vista del Castillo y el espléndido día que hacía con esa luz tan especial que tiene Monroy, donde la atmosfera en tan diáfana que hace que el cielo sea de un azul muy intenso.

Me duché y me fui al Bar de Ricardo a desayunar café con churros, me comí cuatro recién hechos que me supieron a infancia. Es curioso pero las tres veces que he ido a desayunar a casa de Ricardo nunca he pagado, las tres veces me han invitado, en ésta ocasión me invitó Jose Benito, el hijo mayor de mi prima Pupe, la primera fue Ana Simón, la hija de mi primo Justo (q.e.p.d.), la segunda fue Jesús Simón, el hijo de mi primo Jesús, qué casualidad, los tres que me han invitado son hijos de primos hermanos míos. Uno agradece mucho este gesto de ser invitado pues se siente uno querido, no hay cosa mejor que sentirse querido en este mundo y sobretodo si este mundo es el lugar donde has nacido.

En el vídeo que he puesto más arriba aunque corto, no puede ser mayor por problemas del blog, se puede apreciar la excelente interpretación de las Purificás de este año, parece ser que pertenecen al grupo Recordanzas, y se les nota el oficio, por cierto gran labor la del grupo Recordanzas, tienen todos sus componentes un gran mérito.

La fiesta de la Purificás se celebra en muchos pueblos de la provincia de Cáceres con los mismos ritos y canciones que en Monroy, de ahí su dificultad para otorgar a Monroy fiesta de interés regional, pues todos eso pueblos podrían protestar. Incluso el escritor nacido en Monroy, Víctor Chamorro, en su excelente enciclopedia de Extremadura sitúa la fiesta en Ceclavín. Pues bien, últimamente y sobre todo a raíz de la composición de Acetre que así la titula: Purificás de Monroy, todo el mundo sitúa la fiesta en Monroy y esto creo que hay que agradecérselo al grupo Recordanzas pues ha sido y sigue siendo un gran embajador de folclore de Monroy, lo mismo podría valer para La Jota Cuadrada que todo el mundo la identifica con Monroy y en esto tiene también mucho que ver el grupo Recordanzas.

La Jota Cuadrada, según Víctor de la Serna forma parte de las jotas palaciegas que se bailaban alrededor de los castillos y es de una gran elegancia tanto en la danza como en la letra. En el libro de viajes de este autor, La Vía de Calatraveño, que tuve la suerte de que me lo regalase dedicado su hijo Jaime, dice que estando descansando en el patio de una casa de Ciudad Real vio a unas chicas muy guapas bailar unas danzas elegantísimas que eran como pavanas: lentas, delicadas y cortesanas. La canción comenzaba así:

Quítate de esa esquina,

galán, que llueve.

Deja correr el agua

Por donde viene.

Esto que cuando lo leí, tengo que reconocer que me disgustó un poco, pues presumía que la Jota Cuadrada era autóctona de Monroy, hoy ya que uno ha superado su localismo, valora como algo insustancial el hecho de que se pueda bailar también en otros sitios, que más da de dónde sea, si cuando se baila y se canta, tan bien como lo hace el grupo Recordanzas, nos emociona.

A propósito de la versión de Acetre de las Purificás de Monroy, recuerdo hace ya varios años cuando Acetre estaba haciendo la presentación del disco, un sábado por la mañana estaba en casa, yo casi nunca pongo la radio estando en casa, pero en ese momento sentí como un impulso y puse Radio Nacional de España, creo que era Radio Tres, y de pronto nada más ponerla escucho al locutor presentar más o menos de la siguiente manera:

Ahora van ustedes a escuchar una bella melodía recogida por el grupo extremeño Acetre, melodía que entronca con unas bellas composiciones de origen cántabro, y que ha sido recogida del folclore del pueblo cacereño de Monroy.

Os podéis imaginar el salto que pegué, me acordé de mi madre que no hacía mucho que había fallecido y pensé que quizás fuese ella la que había intercedido para que lo escuchase . Por cierto muy buena la versión de las Purificás, muy bueno el disco en general y el Grupo Acetre en particular.

Nada más verme a la entrada de la Iglesia, mi primo Ceferino vino con su teléfono móvil a mostrarme la fotografía que está en la entrada anterior a ésta, llamó a José Barra para mostrársela, a José le hizo mucha ilusión también, luego se la enseñó a Fulgencio y a Urbano que también andaban por allí y a todos se les notaba contentos por haber salidos retratados en Internet .

Cuando terminó la ceremonia estuve tomando el aperitivo con Emilio, con mis hermanas Mena y Paqui, mis cuñados José y Gerva y con los consuegros: Antonio y Carmen, Virtudes y Tomás. Primero estuvimos en los apartamentos Cristina y luego fuimos al Casino. Nada más entrar en el Casino se me acercó Crispín muy efusivo diciendo: ¡Me he enterado en Cáceres! Se refería a la entrada de este blog: La escopeta de Crispín. Por fin se había enterado que el que escribía en Internet sobre nuestra infancia era yo, le había hecho mucha ilusión, tanta, que había pedido a su hija que se lo imprimiese y se lo enseñaba a todo el mundo en el casino.

Después nos fuimos a comer a casa de mi hermana Mena, comimos en el comedor donde comíamos siempre cuando vivíamos con mis padres en Monroy, fue una sensación extraña, me senté en el mismo sitio donde me sentaba cuando era pequeño, estábamos cinco comiendo, mi dos hermanas, mis dos cuñados y yo el comedor lo veía más pequeño, me parecía imposible que cuando estábamos en Monroy nos sentáramos a comer nueve. Muy buena la carne guisada de mi hermana Mena, muy buenas las croquetas de mi hermana Paqui y muy bueno el vino, uno de mis favoritos Abadía Retuerta, que le habían regalado en la cesta de Novartis a mi sobrina Ana y mi hermana tenía especial interés en que lo probase.

Cuando salimos de casa de mi hermana Mena y nos dirigíamos hacia la plaza para asistir al sorteo de las Roscas, un señor muy simpático al que yo no conocía, me espetó desde la acera de enfrente: La letra con sangre no entra, enseguida comprendí que era un lector de este blog. Está casado con una hija de Albino y Antonia, vive en Illescas, y es un fiel lector de este blog, me recordó algunos detalles que le gustaban de lo que yo escribía y además, fue muy amable al decirme que en la fotografía del blog parecía mas viejo que en la realidad.

Nos dirigimos hacía la plaza acompañados de él, su mujer y su cuñada, hermana de su mujer que tiene los ojos igual que Albino, su padre, de pronto ésta al llegar a la altura de la casa de la madre de Ricardo , dijo: vamos a saludar a la mujer más buena de este pueblo, ya iba a despedirme de ellos, cuando mi hermana Mena me cogió de la mano y me dijo: pasa tú también a saludarla. Resulta que la madre de Ricardo, seguramente a instancias de sus hijas, que me consta que son dos buenas lectoras de este blog, Margari y sobre todo Mari Carmen la que vive en Sabiñánigo, le han sacado a impresión lo que uno escribe y ella lo lee, tengo que reconocer que en ese momento se me saltaron las lágrimas, la mujer me cogía las manos y me daba las gracias.

Cuando llegamos a la plaza nos enteramos que a mi hermana Mena le había tocado una de las tres roscas que se rifaban. Sí, definitivamente había merecido la pena ir a Monroy a Las Candelas.

Ah, la rosa la dejé en rosal, pero el capullo lo corté y me lo traje a Madrid para Maribel.

6 comentarios:

Mimi dijo...

precioso lastima que sea tan corto

un loro dijo...

¡Precioso!

Un saludo de loro

Ana dijo...

Desde Las Palmas, este blog es uno d mis vuelos diarios a nuestro querido Monroy.

Mimi dijo...

cuanto me huviera gustado estar en las candelas, que recuerdos tan bonitos,y tal como tu lo escrives aun lo añoro mas,
Andres, no diras que no a tenido esito la foto, me hace mucha ilusión que asi haya sido, saludos, mimi

Unknown dijo...

Que sorpresa el haber descubierto este blog, soy Paqui, la hija del Choto, y me ha emocionado leer todo lo que escribes de Monroy, lo de la camioneta de mi padre, ¿te acuerdas cuando fuimos todos a Santa Ana montados en la camioneta? y tu hermano Vicente se cayó en un charco y le tuvieron que quitar toda la ropa y ponerle la rebeca de tu madre? ¿Te acuerdas cuándo jugábamos en los carros en la puerta de tío Pedro el Aperador? que era el padre de Luci, que servía en tu casa. Un saludo y un fuerte abrazo.

Andrés Gómez Ciriaco dijo...

Hola Paqui, me alegra saber de ti, yo no me acuerdo de lo de mi hermano Vicente, aunque él si se acuerda, debió ser en el año 1965 cuando yo ya estaba fuera de Monroy. Y por supuesto que me acuerdo de los carros de tío Pedro el Aperador, es más, en la entrada del 26 de febrero de 2008 Aspirante a bachiller, te menciono y hablo de ello.
Un cordial saludo